“Esto se lo dedico a toda Venezuela. A mi madre que está en el cielo y a los niños de Venezuela, sigan soñando (...) No tengo palabras, espero que Venezuela lo disfrute. He logrado mi objetivo, eso es lo importante, primera medalla para Venezuela después de tantos años”, dijo el esgrimista Rubén Limardo Gascón, tras ser condecorado con la medalla de oro en la prueba de espada masculina de los juegos de Londres 2012.
Con la obtención de la presea dorada, el llanero no solo ha puesto a su país sobre el máximo pedestal olímpico en el deporte de la espada, sino que ve realizado un sueño diseñado desde sus cortos siete años, cuando pasaba los días entre juegos de piratas y espadachines como el mosquetero D’Artagnan; o imitando al mítico cubano Ramón Fonst.
Este último (medalla de oro de esgrima en París 1900) y su tío Ruperto Gascón, inspiraron al zurdo venezolano que el viernes cumplirá 27 años. De Ciudad Bolívar, a orillas del Orinoco, donde creció en un hogar modesto lejano del beisbol y la vorágine futbolística por el ascenso actual de la ‘vinotinto’, partió a Europa del Este, donde se convenció de dedicar su vida a un deporte poco habitual para Latinoamérica.
Su periplo por el Viejo Continente y la práctica constante le valieron un título de “Maestro de esgrima” sellado en Ucrania. Ya entregado a la competencia, Limardo fijo su meta en colgar el oro olímpico de su cuello y en ese proceso obtuvo como sus mejores la medalla de plata (individual y por equipo) en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y oro en Río de Janeiro 2007.
Su primer gran tropiezo llegaría en los juegos de Beijing 2008, donde no llegó a las instancias finales. Pero desde entonces se centró en una fuerte preparación para Londres 2012 que fue afectada por la muerte de su madre, hace dos años. El esfuerzo, el dolor y el gran desahogo con el triunfo, Limardo lo describió hoy así:
“Yo había visualizado esta medalla, había llegado a los juegos decidido con ser campeón olímpico, no me interesaba otra cosa más, no quería irme en las primeras rondas, tenía que ser campeón y lo logré. Es el sueño de niño hecho realidad. Se lo dedico a mi madre. Ella me dejó hace dos años, pero así es la vida, todos vamos por el mismo camino. Ella desde el cielo debe estar celebrando lo que hizo hoy su hijo”, apuntó.
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